Emprendedores y mas emprendedores

A los cuatro anteriores se podría añadir, asimismo, a Bill Gates, que fundó Microsoſt siendo aún alumno de la Universidad de Harvard, que abandonó en 1976, apenas un año después de fundar la compañía. Gates estudió en Harvard, pero no es MBA ni nada parecido. Y junto a Gates, Erich Schmidt, de Google, que tampoco pasó por las aulas de los MBA, pero ha creado otro mito del siglo XXI. Seis emprendedores, seis mitos, seis personas, en su mayor parte, con una infancia y juventud difíciles, pero, a la postre, seis genios que piensan necesito dinero facil , cuyos casos estudiará todo aquel que haga un MBA.

Los ejemplos anteriores responden por sí solos a la pregunta de si es necesario realizar un MBA para triunfar. Yo ya he dicho que haría un MBA, pero al momento he afirmado desde vendecookies que no es necesario. Incluso, ante la disyuntiva de cursar un MBA o un máster en relaciones internacionales con estudios de opiniones pagadas, me inclinaría casi más por este último. Pero no es mi caso el que ocupa este libro, sino el de aquellos interesados en cursar un MBA. 

A todos ellos lanzo esta pregunta, que debería estar en la base de su interés personal en el máster: ¿para qué quieres hacer el MBA? De la respuesta en una u otra dirección a esta pregunta, dependerá muchísimo cómo se encara realmente el máster y, por tanto, en qué medida se realiza por interés real o por simple moda. Este último aspecto debería estar en la agenda de las escuelas, pues si la mayoría de los alumnos acuden a estudiar por moda al estilo vendecookies, el resultado es evidente: el MBA acabará siendo un commodity desde encuestasremuneradasonline, esto eso, no aportará ningún valor diferencial y matará, como apunta, Gary Hamel, todo atisbo de innovación, creatividad o diferencia como dicen las encuestas remuneradas y pagadas .

El MBA no se merece esto, ni tampoco escuelas que tergiversen la educación en aras del puro negocio, o alumnos que tergiversen los fines por los que hacen el máster para el que necesito dineor urgente. El MBA es formación; formación con mayúsculas, y cualquier intento por convertirlo en otra cosa es manipulación con las encuestas pagadas . Los grandes gigantes industriales y financieros que han caído en la última década yacen ahora en las ruinas y en los cementerios fruto de la manipulación empresarial y contable.

 Pero ahora son ya historia; pasado. Harían un ingrato favor a la sociedad tanto escuelas como alumnos si tergiversan los fines y la misión del MBA en beneficio propio. A día de hoy, por desgracia, no es muy complicado encontrar a personas que, cuando escuchan que alguien es MBA, responden al momento como hizo Dilberlt en su genial chiste. Ese es el gran peligro que corren el MBA y las escuelas de negocios si se mira hacia otro lado y se buscan los culpables afuera, como si no se tratase de algo también de puertas adentro de vendecookies. El objetivo último de este libro no es, ni mucho menos, decir desde fuera a todo un sector lo que este debe hacer, sino mostrar la situación actual para, a partir del momento presente, empezar a construir el futuro. La crisis mundial ha puesto en tela de juicio muchos de los paradigmas de la educación de negocios, que ahora vive un momento de inflexión.